miércoles, 30 de noviembre de 2011

Pero me toca...

Así rompe una canción en el tintero y en el cuarto de ensayo...
¿Me toca perder?
¿Me toca querer?
¿Me toca morder?
¿Me toca romper?

No estoy muy seguro de que es lo que me toca, mi pensamiento ha sido secuestrado quizás por ese alguien, quizás.
Mis ojos a lo mejor directamente se cierran en tu ausencia, a lo mejor.
Mis manos puede que se escondan para no tocar más pieles que la tuya, puede.
Quien sabe si quiero más, quien sabe.

Hay noches de culto que guardo cuidadosamente y con detalle en mi cajón. Simples ratos en los que dejé de ser yo para convertirme en alguien que se siente bien.
Unas tardes de infarto cada cual indagando sobre el otro. Esas rondas hacia ninguna parte y sin ningún sentido que tanto me gustan.
Reptar por tus sábanas y perturbar la tranquilidad de tu colchón. Fundir cigarros en mitad de la noche. Las copas con sabor a tus labios, saben mejor.
No me da el sueldo en ese licor al que das sabor, soy un adicto.

Hay un cielo dentro del infierno, sí. Y si no... los ángeles vuelan por el mismo paraíso del fuego.