lunes, 14 de marzo de 2011

Despierta!

-¡Eres un vago! ¡¡Levántate ya que es tarde!!
-¡Aaarg! Déjame que en la cama que está demasiado bien...
-¡Pero si estás en un sofá!
-Bueno... me sirve igual.
-¡Vámonos a hacer algo que hace un día precioso!
-¿!!? ¿¿Bromeas?? ¡¡Pero si está lloviendo a cántaros!!
-Bah... ¿no sabes mirar más allá? ¡Lo mejor que tiene empezar cada día es que lo construyes tú mismo!
-¿Pero no tienes frío?
-Sí, pero no me conformo. Yo no quiero un día así... ¿acaso tú sí?
-Qué razón tienes... Vamos sé un sitio que te va a gustar y no pilla muy lejos de aquí.
-Secuéstrame y construyamos un día soleado donde los demás sólo ven gotas de lluvia.

2 comentarios:

  1. Pues el lunes de madrugada mientras llovía a cántaros me dieron ganas de pasearme bajo la intensa lluvia, más que nada porque estaba segura de que esa lluvia me calaría hasta los huesos y 100% de posibilidades de mojarme sin tardar mucho. Lo que me detuvo fue que madrugaba a la mañana siguiente y de alguna manera sabía que me iba a sentir a gusto paseando con ese tiempo.

    ¡Hay que disfrutar hasta los días de lluvia!

    Un saludote

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  2. Exacto, esa es la idea. No nos hace falta más que un compañero/a que se apunte... en este caso el compañero serían las ganas de hacer las cosas! =)
    Salgamos a mojarnos que hoy también llueve!
    Un abrazo! =D

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