lunes, 11 de abril de 2011

Parece que sí...

... se ha abierto un agujero en el cielo.
Vamos a tirar allí todos nuestros despertares satánicos, nuestras ideas bonitas, nuestras vívidas ilusiones. ¿Por qué? Pues... porque no sabemos a donde lleva, ¡qué más dará!

Llevo el alma tatuada y no es de tinta, es de lágrimas. Esas que un día te dediqué y que ahora no quiero ni secar de mis mejillas. Es más, no me voy a tragar ni una sola más... no quiero ser hipertenso.
Esa dulzura amarga que invade día tras día, noche antes que noche. La satisfacción de acabarse esa cerveza que nos refresca al principio y que al final nos vuelve adictos.
Quiero acampar a orillas de la luna sin prejuicios, sin más ropa que mis canciones y sin más hoguera que la de tus ojos. Sí señora, eso quiero hacer. Nadar por las frías aguas de la lluvia y peinar tu mirada con la mía. El sabor del anochecer nos vuelve caníbales de sentimientos. Podría decirse que lo violento de todo esto no es la sangre que cruza el cielo de oceano a oceano, no.
Cierra los ojos y sigamos volando esquivando los misiles del mundo que se empeña en destruirse... nosotros soplaremos sus cenizas y plantaremos las semillas de lo que nos gustaría tener en nuestro jardín. Queremos flores, queremos verde, queremos... vida.
¡Ayyy! ¡Cuánta vida falta en esta pelota que parece haber pasado la línea de fuera de banda! El que haya dado la patada para darnos este efecto no debía ser ningún "astro" del juego. ¡Vaya que no!
La próxima vez amigo, apuntas y luego agredes al balón... así nos ahorramos una eternidad de giros sin sentido llamados días,horas,minutos y segundos.
Bah, paso. Dejaré que hable la luna esta noche, ya bastante hago no callándome en todo el día...

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